¿Tu intestino intenta decirte algo? La hinchazón persistente, los brotes inesperados en la piel o los cambios de humor podrían ser señales de un intestino desequilibrado. Descubre cinco señales clave de que tu intestino necesita atención y soluciones simples, respaldadas por la ciencia, para restaurar la armonía de la microbiota y revitalizar tu bienestar.
1. Problemas digestivos e irregularidad al evacuar
El malestar digestivo frecuente, como el estreñimiento crónico, la diarrea o la acidez estomacal, es un indicador principal de desequilibrio intestinal. La disbiosis a menudo causa hinchazón, exceso de gases y hábitos intestinales irregulares. La investigación muestra que la disbiosis puede contribuir significativamente a los síntomas del Síndrome del Intestino Irritable (SII).
2. Hinchazón y gases persistentes
La hinchazón ocasional es común, pero el malestar diario señala un desequilibrio. El crecimiento excesivo de bacterias dañinas o una mala digestión pueden ser la causa.
3. Problemas en la piel
La salud de la piel y la intestinal están estrechamente relacionadas. Las erupciones cutáneas, el acné o la rosácea pueden indicar un desequilibrio en el intestino.
4. Cambios de humor y fatiga
El intestino produce neurotransmisores como la serotonina, que afecta el estado de ánimo. Un intestino desequilibrado puede provocar ansiedad, depresión o fatiga.
5. Antojos de azúcar y aumento de peso
Los desequilibrios en la microbiota pueden aumentar los antojos de azúcar y contribuir al aumento de peso.
Soluciones para restaurar el Equilibrio Intestinal
- Probióticos de Cuarta Generación: Opta por probióticos de cuarta generación de origen humano, con cepas humanas, como los de Progurt, para restaurar el equilibrio bacteriano.
- Dieta rica en fibra: Incorpora alimentos fermentados y ricos en fibra, como las verduras y frutas con cáscara, para fortalecer tus bacterias beneficiosas.
- Hidratación adecuada: Bebe suficiente agua con sales minerales (magnesio, potasio, sodio) para apoyar la digestión y la salud intestinal.
- Reducción del estrés: Practica técnicas de manejo del estrés como la meditación o el yoga.
- Ejercicio regular: La actividad física ayuda a mantener un intestino saludable.

